Pensemos más allá de los límites políticos. Pensemos cual es la relación que la cultura va estableciendo con la naturaleza. Y cuanto tienen que ver la arquitectura en dar forma a esos procesos, cuanto la planificación territorial, en la búsqueda de lógicas productivas para alimentar tejidos culturales.
Pero vayamos más lejos, y pensemos como va evolucionando
cada uno de los actores de esta historia.
Y elijamos dos de ellos, que pueden servir como referencia.
El hombre, y los árboles.
Pensemos como evolucionó la población mundial en el tiempo,
creciendo, hasta llegar a ser algo más de 7 mil millones sobre la tierra. Y pensemos toda
la construcción legal que hemos hecho como cultura, para regular nuestras
acciones; como han ido cambiando las normas, los códigos, y como los distintos
intereses han cambiado, orientándose según el signo y el interés que ha
demandado cada época.
Pensemos en los árboles ahora; pensemos respecto al valor
que tienen, en el control climático, en la cadena alimenticia, en el rol como ámbito de creación y desarrollo
de miles de especies.
Y como han ido decreciendo.
Y en como no existen, hasta ahora, algunas construcciones
legales que empiecen a considerarlos, siempre aun, pensadas desde las lógicas
que expresen algún interés del hombre, nunca del árbol.
Esa legalidad, hasta hoy, ha pocas veces tenido en cuenta la
legitimidad de la especie, que crece y se desarrolla en sus propios términos.
La posibilidad de la ley que propone a la naturaleza como
sujeto de derecho, busca establecer nuevas legalidades íntimamente ligadas a la
legitimidad natural como eje de los argumentos de regulación de la relación del hombre con su entorno, y este nuevo
marco, presupone que adaptemos las herramientas, en cada una de nuestras
disciplinas, para lograr una convivencia mas integrada y activa, mas ecuánime y
pertinente.
La buena arquitectura, ha transitado esa relación desde
siempre, mucho mas allá de las modas superfluas que inundan buena parte de la
producción de contenidos de la cultura arquitectónica contemporánea.
Es importante, crear conciencia e inteligencia, y nuevas
herramientas, para llevar este ideal a los lugares de decisión en términos
territoriales y urbanos, para instalar en los funcionarios y tomadores de
decisiones, ideas y estrategias de pertinencia y sentido común en el desarrollo
de nuestros territorios; y formar profesionales desde el campo disciplinar de
la arquitectura, para ocupar espacios en esas mesas donde se toman las grandes
decisiones.
Por eso creemos en la necesidad de trabajar en la formación
de esos espacios.
Y por eso el Taller Nación.
Mañana miércoles 28 de octubre 2015, Pulsos sobr la Nación, segunda conferencia
abierta del Taller, con Mauricio Corbalán, de m7red.
Posgrado FADU UBA; 4º piso, aula 402, 19hs, mas o menos
puntual!
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